Tipos de Demonios

En la Antigüedad, los hombres creían en tres clases de demonios: los bondadosos, los malignos y los neutrales. Los creyentes (cristianos) sólo aceptan, desde tiempos arcaicos, dos tipos: los malos y los buenos.

De acuerdo con la doctrina cristiana, Dios creó nueve coros de ángeles: tronos, serafines, querubines, demoníacos, principados, potestades, virtudes de los cielos, ángeles y arcángeles. Todos ellos gozaban de pureza, sin mancha del mal. Sin embargo, algunos de ellos se tentaron con el pecado de la soberbia y quisieron asemejarse a su creador omnipotente.

Clases de demonios
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Se dice que dos tercios del ejército de los ángeles adoptó esta actitud. Satanás, líder de los serafines, se encontraba a la cabeza de los espíritus rebeldes.

Entonces, Dios Padre mandó al arcángel San Miguel a combatirlo, junto a los ángeles obedientes. Fue cuando se desató una gran batalla celestial. El resultado de la misma: Satanás fue derrotado y enviado al abismo junto con su séquito de espíritus perdidos. Los ángeles rebeldes fueron expulsados muy lejos del Paraíso: al Infierno o reino de las sombras.

LAS CUATRO JERARQUÍAS DEMONÍACAS

Los “machinae” constituyen el estrato inferior de los demonios; habitualmente se los denomina “artefactos demoníacos”. Los “miles” son clases de demonio que emergen constantemente en la imaginación humana. Son demonios guerreros, que intervienen en enfrentamientos bélicos.

Por otra parte, los “incubi” son los encargados de expandir la raza demoníaca. Siembran el descontento y la podredumbre en el universo, se dedican a convertir inocentes en demonios. Son sumamente sagaces.

Por último, encontramos a los “lores”. Éstos son los jefes de la casta de Demonios. Su tamaño es mayor, de aspecto espantoso y sumamente malignos. Tienen a su cargo a varios demonios menores que utilizan de mensajeros e intercesores

FUENTES DE ENERGÍA SOBRENATURAL

Se dice que el Diablo gobierna una horda de ángeles caídos, llamados “demonios”. Según el Nuevo Testamento, estos espíritus sucios causan aflicciones físicas y mentales, y Jesús cura a menudo a la gente expulsando –exorcizando– los demonios de sus cuerpos.
En una cultura politeísta, la gente aceptó que la magia o los milagros que ocurrían eran realizados por distintos dioses. En el cristianismo monoteísta, la única fuente de energía sobrenatural –con excepción de Dios– es el Diablo.
Incluso durante la Grecia Clásica, Tertuliano (200 A.C.) se refirió al oráculo de Delfos –al que Sócrates había proclamado como el mortal más sabio– como un auténtico demonio.

El señor de los demonios


EL DIABLO Y JESUCRISTO

De acuerdo con los Evangelios, Satán quiso tentar a Jesús al principio de su ministerio. Durante el tiempo que Jesús transcurrió sobre la Tierra, Satán intentó tentarlo con diferentes ofertas: trozos de pan para alimentar a los pueblos, los reinos de la tierra, y un cuerpo físico inmortal.
Es interesante observar que en cada caso, Satán utilizó las escrituras del Viejo Testamento para fundamentar sus argumentos y hacer más apetecibles sus ofrecimientos… Pero a cada propuesta, Jesús contestó: "Ponte detrás de mí, Satán!"
Esto completa las cualidades de Satán, claramente manifestadas en las Sagradas Escrituras, y cómo éste apeló a su conocimiento de las mismas para tentar y engañar a los hombres.

DIFERENTES INTERPRETACIONES

El Cristianismo postula diferentes explicaciones acerca del papel de Cristo en la derrota de Satán. Algunos dicen que esto ya ha ocurrido, que la muerte de Cristo fue un golpe mortal para Satán, y que éste está acaparando tantos seres humanos como le sea posible para llevárselos con Él al Infierno.
Otros arguyen que Satán será vencido solamente cuando Cristo regrese para reclamar las almas de la humanidad. El Cristianismo sostiene que cuando Jesucristo retorne a la Tierra, el terror y el engaño diseminados por Satán dejarán de afectar al mundo.
Esto será posible porque la humanidad afrontará el Juicio Final y la Tierra será purgada o limpiada con el fuego.
Entonces, Satán quedará limitado a las profundidades del Infierno y ya no podrá seguir influenciando a la Humanidad. La última batalla será entre Jesús –la encarnación corporal de Dios– y Satán, en una lucha por la humanidad

Exorcismo

Esencialmente, se denomina exorcismo a un conjuro religioso realizado contra un espíritu maligno, utilizando una fórmula que permita llevarlo exitosamente a cabo.

Su etimología hace referencia al rito pagano de “echar malos espíritus apelando a ritos mágicos y otros encantamientos”; el vocablo proviene del griego exorkistes, que alude al empleo de fórmulas de conjura para expulsar demonios, y aparece sólo una vez en la Biblia (Hch. 19:13).

Es por este motivo que podemos afirmar que Cristo no fue exorcista, puesto que nunca realizó un ritual para expulsar demonios sino que lo logró gracias a la palabra, según Mateo 8:16: "con la palabra, Jesús echó fuera a los demonios", gracias al Espíritu de Dios.

El poder de Jesús para dominar espíritus se refleja en el Evangelio de Marcos, en el pasaje del hombre poseído que se encuentra en una sinagoga. Jesús dice al demonio: "¡Cállate, y sal de él!" (Mr. 1:25). Además, pide a un grupo de demonios a quienes llama “Legión” que suelten el cuerpo de un hombre y tomen posesión de un grupo de cerdos (Mr. 5:13). Cristo lo logra con un sencillo mandamiento, que aparece en Marcos 9:25: "Espíritu sordo y mudo, yo te ordeno que salgas de él y no vuelvas a entrar en él".

El exorcismo


El exorcismo necesita de una ceremonia para que el demonio se aleje de la persona a la que atormenta. Este recurso existió en la Antigua Grecia, en Roma y especialmente en la Edad Media europea. En Hechos 19:13 se habla de los judíos ambulantes que practicaban exorcismos para obtener rédito económico. Tampoco los discípulos echaron demonios apelando a exorcismos, sino que lo hicieron en nombre de Jesús (Mr. 16:17).

La práctica del exorcismo ha sido popularizada en películas como "El Agüero" y "El Exorcista" así como en varias novelas, donde se afirma que los sacerdotes católicos pueden exorcizar a personas poseídas por demonios y sanar a los enfermos. Sin embargo, la expulsión de demonios tal como Jesús enseñó a sus apóstoles es aquella que requiere de fe, ayuno y oración.

EL RITO DEL EXORCISMO

El método convencional de exorcismo es similar a la ceremonia expresada en el Rituale Romanum durante la Edad Media, que data aproximadamente del año 1620. Este rito es utilizado por la Iglesia Católica Romana desde el siglo XVII hasta nuestros días. Se trata de un conjunto de oraciones y lecturas de pasajes destinados a someter al espíritu maligno y a obligarlo a que se aparte de la atormentada víctima.

El protocolo indica que el sacerdote debe vestirse con una túnica color púrpura y comenzar la ceremonia recitando una oración seguida por la lectura del Salmo Nro. 4 y la exhortación a la Gracia de Dios contra el demonio. Después se recita un pasaje de Juan 1 y de Marcos 16.

Luego, el oficiante debe repetir las siguientes palabras: "Te exorcizo, muy vil espíritu, mismísima encarnación de nuestro enemigo, espectro entero, toda la legión, en el nombre de Cristo, sal y huye de esta criatura de Dios. Él mismo te manda, el que manda al mar, los vientos y la tempestad. Escucha y teme, Oh Satanás, enemigo de la fe, adversario de la raza humana, productor de la muerte, ladrón de la vida, destructor de la justicia, raíz de los males". (Extraído de R.H. Robbins, La Enciclopedia de la Hechicería y la Demonología, Pág. 186).

Por último, el cura ofrece otro ruego: "Te conjuro, a ti, Oh serpiente, por el juez de la vida y la muerte, por tu hacedor y hacedor del mundo. No resistas, ni te demores en huir de este hombre”. Es preciso repetir muchas veces estas frases hasta obtener el resultado deseado.

CON SEDE EN BABILONIA

En el poema épico “El paraíso perdido”, de John Milton, se desarrolla el tema satánico más a fondo: se interpreta la traición del arcángel Satán antes de la creación del hombre.
Por otra parte, las profecías incluidas en los libros de Isaías y Ezequiel son entendidas como enfoques subliminales para referirse a Satán, y no al rey de Babilonia. Esta ciudad –según el libro de las Revelaciones– es el símbolo de un mundo malvado que será liderado por Satanás en el Fin de los Tiempos.

LA REDENCIÓN DE SATÁN

De acuerdo con la versión miltoniana, Satán inició la guerra contra Dios, su creador, y fue expulsado del cielo por este motivo. La escatología cristiana afirma que Satán emprenderá una guerra final contra Jesús antes de ser condenado en el infierno.
La Iglesia de la Unificación –una secta que se desvía del cristianismo corriente– enseña que Satán será restaurado en el fin de los tiempos y se convertirá en un buen ángel otra vez. Los primeros padres de la iglesia se conocen por haber rezado en favor de la eventual redención de Satán.

Por otra parte, numerosas corrientes enseñan que Jesús volvería a la Tierra antes del período del Apocalipsis para reclamar a los justos, muertos y vivos, y llevarlos con Él al Paraíso (conocido como el “éxtasis”).

LO QUE DICE EL LIBRO DE DANIEL

Muchos fundamentalistas sostienen que inmediatamente después de la segunda llegada de Jesús, el período apocalíptico comenzará acorde a lo profetizado en el libro de Daniel, mientras otros grupos religiosos –especialmente los adventistas del séptimo día– consideran que inmediatamente después de la segunda venida de Jesús, Satán quedará preso en esta Tierra durante mil años.
Después de este lapso temporal, lo “soltarán por un pequeño período” momento que dará inicio a la Batalla del Armagedón: la confrontación final entre el bien y el mal. Satanás y sus seguidores serán destruidos de una vez por todas, la Tierra será purificada de todo mal y habrá “un nuevo Cielo y una Tierra nueva” donde jamás reinará el pecado.
En el Nuevo Testamento, el Arcángel San Miguel aparece discutiendo con el Diablo sobre el cuerpo de Moisés. Este conflicto es expuesto en la pintura de Guido Reni conocida como "El Arcángel San Miguel", que exhibe a Lucifer derrotado bajo sus pies.

y asi dios creo su propio teatro cosmico privado!


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